"En la zona central de la estancia se documenta un altar en forma de piel de toro (U.E. 2605) rehundido
en el pavimento, aunque con un ligero relieve en torno al mismo. La factura es sumamente cuidada apareciendo teñido en rojo y con huellas de combustión en su zona central. El altar presenta cuatro reformas notables y una constante reposición de suelos en cada momento a través de lechadas alternantes blanquecinas de preparación y rojas de acabado (Lám. XVI). Hacia el este localizamos una pequeña estructura de planta circular seccionada a nivel de cimentación. Consiste en un adobe rehundido con una capa de mortero a base de tierra margosa que queda amortizado por la primera reforma del suelo de la estancia. Los pavimentos de la estancia aparecen limpios, sin restos cerámicos, fauna o restos constructivos"Fernandez e Rodriguez, 2005: 13
"La singularidad de los materiales recuperados en las fosas (entre las que se encuentra el denominado “fondo de cabaña del Carambolo”) es pareja a la singularidad de las actividades que se están realizando en los espacios sacrificiales y cultuales de los cuales sin duda proceden. A este respecto se podría plantear que aquéllas, aunque funcionen como vertederos, participen del carácter sagrado o ritual de los restos materiales en ellas amortizados y de la edificación que las engloba."
Fernandez e Rodriguez, 2005: 27
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